Muchas organizaciones emplean
las sesiones de tormenta de ideas; pero, la mayoría no las llevan a cabo
correctamente. Deberían realizarse al menos semanalmente (si no diariamente) y
durar no más de 60 minutos cada una (si dura más, las ideas se tornan
repetitivas).
Para realizar
sesiones de tormenta de ideas eficientes:
- Enfóquese: para resolver un problema, debe comenzar por definirlo en términos claros.
- Juegue: no pierda tiempo debatiendo los créditos de quién tuvo cuál idea, esto puede ser una pérdida de energía.
- Utilice números: enumere sus ideas. Esto sirve de punto de comparación para saber cuántas ideas se han desarrollado, y los participantes pueden referirse a ellas llamándolas por el número que le corresponden.
- Construya y salte: construir significa enunciar una idea ya discutida, mientras se presenta el próximo paso necesario para perfeccionarla. Saltar significa cambiar de dirección totalmente e intentar una solución totalmente diferente. El trabajo del facilitador es utilizar estas técnicas cuando el momento de la sesión comienza a decaer.
- Buscar espacio: cubra todo el espacio disponible con papel, para poder escribir las ideas por todo el salón. Esto da la oportunidad de visualizarlas mejor.
- Ejercicio mental: si un grupo parece distraído o no ha trabajado unido, comience con un ejercicio de calentamiento. El facilitador debe ayudar a lograr el compromiso de los participantes para el buen desarrollo de la sesión.
- Utilice material físico: los mejores facilitadores de tormentas de ideas se ponen “físicos”, utilizando materiales de construcción como bloques y cintas adhesivas.
Ahora, considere lo
que no debe hacer; a menos que quiera aniquilar la sesión:
- El jefe siempre comienza a hablar: mándelo a tomar café.
- Haga que esperen su turno para hablar: muchas ideas pueden olvidarse o perderse en el camino.
- Reuniones de puros expertos: con frecuencia, las grandes ideas vienen de quien menos se las espera.
- Utilice lugares pre-determinados: si sólo se hace una vez al año, en una ocasión especial, en un sitio alejado – no está mal, pero estará limitando las oportunidades a ese único evento.
- Exija seriedad en todo momento: aniquila la creatividad.
- Escríbalo todo: tomar notas puede desviar su enfoque hacia el lado equivocado de su cerebro.
La tormenta de ideas no es sólo una
herramienta valiosa; sino además, una influencia cultural para asegurar que el empleado
no desperdicie demasiada energía buscando soluciones a un problema difícil cuando la sabiduría colectiva puede ayudarle a destrabarlo en menos tiempo.
Tomado del libro
“El Arte de la Innovación” por Tom Kelley y Jonathan Littman
IDEO, firma
norteamericana líder en diseño
Buena receta la de Andrés, de hecho la tormenta de ideas es la parte más lúdica dentro de un proceso de planificación estratégica, permitiéndonos abrirnos a otros enfoques más disruptivos e innovadores, probablemente la parte más dura viene después, cuando se tiene que aterrizar este proceso con planes detallados, asignación de recursos, elaboración de casos de negocio, donde a veces puede cabar el entusiasmo, es en ese momento que la persistencia del lider en el convencimiento de lorar lo que parece imposible hace la diferencia entre el éxito y el fracaso de una nueva idea.
ResponderBorrarTotalmente de acuerdo Danilo, gracias por tu aporte!
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