14 LECCIONES DE LIDERAZGO DE STEVE JOBS


Luego de la muerte de Steve Jobs, Walter Isaacson CEO del Aspen Institute, periodista, y reconocido autor de biografías, publicó una de las biografías quizás más mencionadas del mundo, convertida rápidamente en un best seller: Steve Jobs.

Luego de unos meses, el mismo Isaacson, escribió para Harvard Business Review “The Real Leadership Lessons of Steve Jobs”, las cuales a continuación te las resumimos:

1) Enfócate
“Decidir qué no hacer es tan importante como decidir qué hacer”, le confió Jobs a Isaacson. Y el autor cuenta que cuando Jobs regresó a Apple en 1997, detuvo la producción de la cantidad de productos que tenían planeados y pidió que se concentraran en sólo cuatro. Cuatro grandiosos productos.

2) Simplifica
La habilidad de Steve Jobs de enfocarse, estaba acompañada del instinto de simplificar las cosas hasta llegar a su esencia, y eliminar aquellos componentes innecesarios. Isaacson destaca una frase del primer folleto de Apple: “la simplicidad es la mayor sofisticación”.

3) Toma toda la responsabilidad
Apple ha tomado la responsabilidad absoluta de la experiencia del consumidor, gracias a que Jobs entendió y aplicó la importancia de que todo el software y hardware de los productos de Apple pertenecieran a la compañía, y así funcionaran en perfecta sintonía familiar. “Las personas tienen otras cosas que hacer en vez de pensar cómo integrar todas sus computadoras y dispositivos”, dijo Jobs.

4) Si te quedaste atrás, da un salto
¿De dónde surgió la idea de Jobs de transformar la industria de la música? Del hecho de haberse quedado atrás en la era de los CDs. Lo que decidió para tomar la delantera en lugar de quedarse atrás, fue crear un sistema integrado que permitiera a los usuarios comprar, compartir, gestionar, guardar, y reproducir su música mejor que cualquier otro dispositivo. Sin necesidad de quemar CDs.

5) Pon a los productos antes que las ganancias
Cuando Jobs y su equipo en los años ochenta decidieron diseñar la original Macintosh, no pensaron precisamente en el dinero que ganarían, ni el que gastarían en hacerla… Lo importante era crear un producto “increíblemente grandioso”.  

6) No seas esclavo de los focus group
“Los consumidores no saben lo que quieren hasta que se lo mostramos”, dijo Jobs.  Así queda claro que no estaba obsesionado con conocer la opinión de los consumidores de antemano, a través de encuestas o focus groups. Porque no es lo mismo investigar a profundidad lo que los consumidores quieren, que preguntarles constantemente qué es lo que quieren. Esto requiere de intuición e instinto. “Nuestra tarea es leer cosas que todavía no están escritas en una hoja”, dijo Jobs.

7) Dobla la realidad
Los colegas de Jobs sabían muy bien que más allá de sus formas, finalmente él conseguía que realizaran el mejor de su desempeño, incluso yendo más allá de lo que ellos hubieran considerado posible. Isaacson rememora la anécdota en que Jobs presionó a su amigo Steve Wozniak para crear un juego llamado Breakout. Si bien Wozniak dijo que le llevaría meses, Jobs insistió en que podía hacerlo en cuatro días. Y así fue.  

8) Imputa
Uno de los legados que Jobs recibió de su mentor Mike Markkula fue el poder de “imputar”. Y de hecho se convirtió en una de las doctrinas de Jobs. ¿De qué se trata? Jobs sabía que la gente se forma una opinión acerca de un producto o compañía, basada en lo que ve: presentación, packaging. Por ello, el excelente diseño era imprescindible para Jobs y para Apple.

9) Impulsa la perfección
Podría decirse que durante el desarrollo de todo producto de Apple, Jobs presionaba una especie de “botón imaginario de pausa” y volvía en el tiempo para revisarlo una y otra vez, hasta que estuviera perfecto. Fue el caso de las tiendas Apple, cuyo lanzamiento fue retrasado hasta que Jobs se aseguró que estuvieran reorganizadas no sólo por categorías sino también por actividades.

10) Tolera sólo a los número 1
La fama de Jobs por su impaciencia y manera dura de tratar a quienes lo rodeaban, es bien conocida. Pero  tal vez no está tan difundido el hecho de que esa forma de ser y hacer provenía de su pasión por la perfección, y su deseo de trabajar sólo con los mejores.

11) Involúcrate cara a cara
Tan paradójico como pueda sonar, el líder de una de las marcas por excelencia de la era digital, era un fiel creyente de las reuniones cara a cara. “Hay una tentación en las redes de trabajo de nuestra era, de pensar que las ideas pueden ser desarrolladas por e-mail o por chat. Eso es una locura. La creatividad surge de las reuniones espontáneas, de las conversaciones al azar”, explicó Jobs a Isaacson.  

12) Conoce el gran panorama y los detalles
Una de las pasiones de Jobs era no sólo prestar atención a lo macro, sino también a lo micro. Uno de los ejemplos que ofrece Isaacson es que en el año 2000 tuvo la visión de crear un “centro digital” donde los consumidores pudieran gestionar su música, videos, fotos, etc.  Primero se introdujo en la creación de los dispositivos personales como el iPod y luego el iPad. Y en 2010, presentó la estrategia sucesora de un “centro” que estaría alojada en la “nube”.  

13) Combina las humanidades con las ciencias
Jobs tuvo la habilidad de conectar algunos extremos que parecerían opuestos: las humanidades con las ciencias, la creatividad con la tecnología, el arte con la ingeniería. Y confesó a Isaacson “De niño siempre pensé en mí como una persona de humanidades, pero me gustaba la electrónica”.  

14) Mantente hambriento, mantente tonto

De acuerdo a Isaacson, Jobs se mantenía hambriento y tonto a lo largo de toda su carrera. ¿De qué forma? Asegurándose que su lado de negocios y su lado de ingeniero, siempre fueran complementados por un lado inconformista, hippie, de sus días rebeldes en los años sesenta, cuando formó parte de una generación que combinó  por un lado a hippies y a geeks de Silicon Valley. 


Fuente: "The Real Leadership Lessons of Steve Jobs" - HBR 2012
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LA MALDICIÓN DE UN EMPLEADO CON EXCELENTE DESEMPEÑO


Algunos comportamientos que te ayudan a tener éxito también pueden impedir tu avance.

El típico empleado con un excelente desempeño generalmente es:

1. Orientado a los resultados
El empleado con alto desempeño no deja que nada lo detenga. Pero se puede involucrar tanto en sus tareas que ser transparente con sus compañeros o ayudar a otros le puede parecer una pérdida de tiempo valioso.

2. Hacedor 
El empleado de alto desempeño cree, casi siempre con razón, que nadie lo puede hacer tan bien como él. Eso puede hacer que sea malo delegando o que microgestione.

3. Altamente motivado
El empleado de alto desempeño toma en serio todos los aspectos de su trabajo. Pero eso significa que a menudo no puede distinguir entre lo urgente y lo importante.

4. Ansía el feedback positivo
Al empleado de alto desempeño le preocupa profundamente lo que otros piensan de su trabajo. Sin embargo, tiende a ignorar el feedback positivo y se obsesiona con las críticas.

5. Competitivo
Si bien un apetito por competir es sano, el empleado de alto desempeño se compara obsesivamente con los demás, lo que lo puede llevar a un sentimiento crónico de insuficiencia, a apreciaciones falsas y tropiezos en su carrera.

6. Apasionado por su trabajo
Pasa rápidamente de la euforia al abatimiento. Para el empleado de alto desempeño hay una línea muy fina entre el triunfo y la agonía.

7. Tomador de riesgos seguros
Es improbable que el empleado de alto desempeño ponga en peligro a la compañía con una maniobra riesgosa, pero es probable que evite lo desconocido.

8. Movido por la culpa

El empleado de alto desempeño se siente impulsado a producir, pero no importa cuánto produzca, siempre siente que no hace lo suficiente.

Fuente: HBR
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Infografía - Cuatro formas de descubrir necesidades no satisfechas

En la siguiente infografía te mostraremos como descubrir las necesidades no satisfechas de sus clientes:

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Resumen: Mapas Estratégicos



EL MODELO BÁSICO DE LOS MAPAS DE ESTRATEGIAS

El mapa de estrategias brinda un marco de referencia visual de la estrategia de la compañía, es decir, de cómo se pretende crear valor. Un buen mapa de la estrategia vinculará entre sí los siguientes elementos:

1. La productividad deseada y los resultados del crecimiento.
2. La propuesta de valor al cliente.
3. Desempeños destacados en los procesos internos.
4. Los resultados que se esperan de los bienes intangibles.

Cada organización cuenta con una estrategia a través de la cual pretende crear valor en beneficio de sus clientes, accionistas o interesados. Así pues, existen muchas propuestas acerca de cuál es el mejor modo de describir y afinar la estrategia con el fin de aumentar la creación de valor. Entre estas está el llamado “Balanced Scorecard” (conocido como cuadro de mando o tablero de comando), según el cual la capacidad de una organización para crear valor en el futuro estará en función de los siguientes cuatro factores o perspectivas:

1. La perspectiva financiera: qué resultados financieros se requieren para que los accionistas consideren que la gestión es exitosa. Es preciso mantener un balance entre las inversiones destinadas a un crecimiento a largo plazo y los recortes de costos con miras a resultados inmediatos.

2. La perspectiva del cliente: qué tan específica y diferenciada es la propuesta de valor que la organización le está ofreciendo al cliente. En la práctica, existen cuatro tipos de propuestas de valor:
2.1. Costos más bajos.
2.2. Mejores productos o servicios.
2.3. Ofrecer soluciones completas al cliente.
2.4. Atrapar al cliente de modo que le sea difícil cambiar de proveedor

3. La perspectiva interna: los diversos procesos internos a través de los cuales los productos y servicios son preparados y enviados al cliente. Estos pueden ser agrupados en:
3.1. Administración de operaciones: producción y envío.
3.2. Relació con el cliente.
3.3. Innovación: productos/servicios de nueva generación.
3.4. Regulaciones y relaciones: acatar la ley.

4. La perspectiva del crecimiento y el aprendizaje: cómo mejorar los bienes intangibles de modo que generen mayor valor en el futuro. Los bienes intangibles pueden ser clasificados en:
4.1. Capital humano: la gente con la cual contamos.
4.2. Capital informativo: la información con la que contamos
4.3. Capital organizacional: los procedimientos con los que contamos.

Así pues, en vez de establecer simplemente los objetivos financieros, se establecen y supervisan los objetivos de estas cuatro perspectivas.

Los mapas de estrategia toman en cuenta dichas cuatro perspectivas, y aseguran que los objetivos establecidos en cada una de estas sean consistentes entre sí. Dicha consistencia garantizará que el desempeño de la compañía mantenga su curso en un nivel óptimo y, a su vez, evitará que el desempeño de un  departamento mine el éxito de otro departamento. Dado que los mapas de estrategia clarifican todas las relaciones de causa y efecto, la estrategia puede ser desarrollada y mejorada con el tiempo. Los mapas de estrategia son la interfaz entre la estrategia y el “Balanced Scorecard”. Así pues, tenemos el siguiente esquema:

1. Estrategia: misión, visión, valores.
2. Mapa de la estrategia de la organización.
3. “Balanced Scorecard”: objetivos y supervisión

El mapa de la estrategia conecta conceptualmente los objetivos de alto nivel de la organización (misión, visión y valores) con pasos que cada empleado debe dar. Además, los mapas de estrategia permitirán hacer un balance entre todas las formas de competencia en las que una organización se ve involucrada:

1. Invertir en bienes intangibles que generen un crecimiento a largo plazo de los ingresos o concentrarse en reducir costos activamente para mejorar los resultados a corto plazo.
2. Cómo diferenciarnos de la competencia, que normalmente supone la aplicación de uno de los cuatro métodos antes mencionados.
3. En qué proceso interno concentrarse y mejorar, y cuál subcontratar.
4. Cómo balancear la asignación de recursos entre los diferentes procesos internos, de modo que los diversos beneficios sean recibidos en momentos distintos.
5. Cómo sincronizar todo lo que haga la compañía, de modo que los esfuerzos de un departamento no tengan un impacto negativo en otro departamento.
6. Cómo tomar buenas decisiones gerenciales acerca de la inversión en bienes intangibles.

GERENCIANDO LA PERSPECTIVA INTERNA

Con el fin de crear valor, las compañías producen bienes y servicios que puedan ser vendidos. Antes se creía que la administración de estos procesos era la tarea más importante de la gerencia. Sin embargo, la excelencia operacional no es suficiente hoy en día para crear una ventaja competitiva. El mapa de la estrategia permitirá velar de que los procesos internos sean bien ejecutados, y estén en consonancia con los bienes intangibles y la propuesta de valor para el cliente. A continuación, los cuatro procesos internos a través de los cuales las organizaciones crean valor:

Procesos de operaciones gerenciales:
En el área de gerencia de operaciones, se debe:
1. Estrechar relaciones con los proveedores, con el fin de bajar los costos totales. Normalmente, esto supone una simplificación de los procesos de contabilidad y facturación.
2. Buscar nuevas maneras de crear productos y servicios lo más eficientemente posible, mediante el mejoramiento de procesos.
3. Tratar de disminuir los costos de distribución y envío como sea posible.
4. Procurarse una mejor idea de los riesgos que corre el negocio y tratar de minimizarlos o buscarles solución.

A través de la gerencia de operaciones, las organizaciones tratan de mejorar la propuesta de valor:     
        1. Precios competitivos.
2. Alto niveles de calidad.
3. Envío rápido de productos vendidos.
4. Una solución comprehensiva de los problemas del cliente.

Un mapa de la estrategia bien pensado e integrado, permite un enfoque estratégico de estor procesos fundamentales. En otras palabras, el mapa de la estrategia permite vincular los programas de procesos de mejoramiento con importantes resultados organizacionales. El mapa de la estrategia permite mejorar lo que necesite ser mejorado, no lo que sea más obvio.

El mapa de la estrategia es también muy útil cuando las compañías se enfrascan en programas de gerencia de calidad como: Total Quality Management (TQM), Six Sigma o Activity-based management.

Procesos de gerencia de clientes:
Muchas compañías presentan problemas en esta área. En términos de la gerencia de clientes, las compañías deben:
1. Segmentar el mercado en nichos a los que se les pueda ofrecer una propuesta de valor específica y personalizada. 
2. Tratar de conseguir nuevos clientes a través de una propuesta de valor atractiva.
3. Procurar mantener los clientes actuales. Esto supone, por lo general, programas de incentivos al cliente, entre otros.
4. Tratar de que los clientes actuales compren más productos y servicios en el futuro a través de ventas cruzadas y otros recursos.

A través de la gerencia de clientes, las organizaciones tratan de mejorar la propuesta de valor:
1. Obteniendo una imagen de marca más fuerte y vibrante.
2. Estableciendo una relación del tipo “ganar-ganar”.
3. Consiguiendo un incremento de la lealtad del cliente.

En resumen, la gerencia de clientes tiene que ver con crear una propuesta de valor que sea atractiva para el cliente.

Procesos de innovación:
Para crear o mantener una ventaja competitiva, las organizaciones deben crear e introducir nuevos productos, servicios y procesos, al mercado. Es necesario que las organizaciones:

1. Se anticipen a las necesidades del cliente, y desarrollen nuevos productos que satisfagan dichas necesidades.
2. Cuenten con una cartera de investigación y desarrollo, que incluya nuevas tecnologías, nuevos productos, productos de nueva generación, productos derivados y productos desarrollados con asociados.
3. Experimenten en áreas como: producción, planificación, manufactura y lapsos de tiempo.
4. Pongan en práctica nuevas estrategias de mercadotecnia y ventas, para vender los nuevos productos a la clientela.

A través de los procesos de innovación, las organizaciones tratan de mejorar la propuesta de valor:
1. Aumentando la funcionalidad o los productos de alto nivel.
2. Siendo el primero en vender y hacer nuevas ofertas.
3. Expandiendo los mercados existentes.

Procesos regulatorios:
Las compañías y organizaciones deben ganarse constantemente el derecho de operar en las comunidades y países en los que producen y venden. Para tal fin, deben cumplir con las leyes y normas establecidas, y contribuir con las comunidades. En particular, las organizaciones deben:

1. Hacer un buen uso de la energía, evitar contaminar el medio ambiente y minimizar el impacto que la producción pueda tener en el mismo.
2. Proveer puestos de trabajo que sean seguros para los empleados, y tomar medidas para reducir el tiempo de exposición de los empleados a cualquier riesgo.
3. Pagarle apropiadamente a los empleados y darles la oportunidad de adquirir nuevas habilidades y competencias.
4. Ser respetuosas con las necesidades de la comunidad, hacer contribuciones monetarias o permitir que los empleados hagan trabajo voluntario.

Los procesos regulatorios allanan, además, el camino a nuevos mercados. Las organizaciones con un buen historial, en este sentido, son siempre bienvenidas por la comunidad. Además, contribuir con el buen estado de la comunidad elevará la moral de los empleados.


CREACIÓN DE VALOR A PARTIR DE BIENES INTANGIBLES

Con el fin de crear valor agregado a partir de los tres tipos de bienes intangibles, deben suceder dos cosas:
1. Dichos bienes deben estar bien alineados con la estrategia que la organización está tratando de llevar a cabo.
2. Se debe adoptar un programa integrado con el fin de aumentar de un modo coordinado todos los bienes intangibles  de la organización.

La clave para gerenciar bienes intangibles está en saber medir si estos cumplen con los requisitos exigidos por la estrategia general de la compañía.

En términos prácticos, el mejor modo de manejar bienes intangibles efectivamente es desarrollar un reporte en el que:
1. Se determinen todos los bienes intangibles de la empresa.
2. Los bienes sean puestos en consonancia con la estrategia.
3. Se mida el grado de preparación de estos activos.

La preparación se puede ilustrar de la siguiente forma:




Donde:

- Liquidez es la facilidad con la que un bien tangible puede ser convertido en dinero.
- Preparación es el nivel de alineación de los activos intangibles con respecto a la estrategia. Mientras mayor sea el nivel de preparación, más rápido se convierte el activo intangible en tangible, y empezará a generar dinero.
- Las organizaciones no deberían asignar un valor monetario rio a los bienes intangibles sólo porque estos generarán resultados tangibles al aplicar la estrategia.

La preparación de los bienes intangibles es una condición necesaria para obtener el éxito; pero, por sí misma, no garantiza la consecución del mismo. El objetivo es propiciar que el nivel de preparación sea con el tiempo cada vez mayor. Pero, para tal fin, es preciso poder definir, medir y gerenciar la preparación de cada uno de los tipos de bienes por separado. En este sentido, existen diversos métodos para cada uno:

1. Capital humano:

1.1. Identificar las necesidades de la organización: es preciso determinar cuáles son las habilidades requeridas para que los procesos internos de la organización funcionen adecuadamente.
1.2. Construir un “perfil de habilidades”: los conocimientos y valores con los que debe contar una persona para desempeñarse exitosamente. Muchos departamentos de Recursos Humanos se valen ya de un perfil de habilidades al momento de contratar al personal o de desarrollar programas de mejoramiento.
1.3. Evaluar cuál es el nivel de preparación actual de la organización: comparando las actuales habilidades y capacidades con las necesidades de la organización. Esto permitirá establecer los puntos débiles y las fortalezas.
1.4. Desarrollar más capital humano: estableciendo programas de reclutamiento, entrenamiento y desarrollo.

En esta área habrá siempre una diferencia entre las habilidades y capacidades requeridas y las habilidades y capacidades de la fuerza de trabajo. Esta diferencia determina la agenda en relación con los programas de desarrollo de personal. Al acabar con las diferencias se incrementa el capital humano.

2. Capital de información:

2.1.  Describir precisamente su cartera actual de información; que contará básicamente con dos componentes:
   2.1.1. Infraestructura tecnológica: equipos, programas, redes de comunicación y asesorías.
  2.1.2. Aplicaciones que usan la infraestructura tecnológica a: procesamiento de transacciones, herramientas de análisis gerencial, planes de manufactura y relaciones con la cadena de suministros.
2.2. Alinear el capital de información con la estrategia de negocios: este capital sólo tiene valor en el contexto de la estrategia que se lleva a cabo. Por ejemplo, una compañía que esté aplicando una estrategia de liderazgo para su producto, se beneficiará de herramientas que mejoren los procesos de diseño y desarrollo.
2.3. Determinar el nivel de preparación del capital de información: esto apoyará la estrategia elegida. En este caso, la preparación debe ser medida en términos tanto cualitativos (utilizando una escala en particular) como cuantitativos (encuestas técnicas). Cualquiera de los dos métodos funcionará bien. Basta con determinar cuál se ajusta mejor a las necesidades de la compañía.

Normalmente, la mayoría de las inversiones en capital de información se miden en términos de costos o fiabilidad. Los mapas de estrategias permiten medir dichas inversiones en términos del alineamiento estratégico, es decir, en qué medida este capital contribuye a obtener los objetivos de la empresa. Este es un método más viable e interesante.

3. Capital organizacional:

3.1. Crear liderazgo organizacional: especialmente el tipo de liderazgo necesario en los momentos de transición y cambio. Mientras más efectivos sean los líderes, mejor. Para profundizar el liderazgo, algunas compañías implementan  procesos de desarrollo en los que se les asignan constantemente más tareas a los futuros líderes. Otra posibilidad es establecer un modelo de liderazgo, y fomentar que todo el mundo trate de llegar al mismo a través de las diversas tareas asignadas.

3.2. Fortalecer la cultura corporativa: es decir, las actitudes y comportamientos que la gente considera apropiados. Estrategias y propuestas de valor diversas exigirán culturas diversas. Muchas compañías están pendientes de que su cultura propicie el crecimiento y no sea un impedimento para su buen desempeño.

3.3. Encontrar mejores formas de alinear la organización con la estrategia: pues la alineación fomentará la toma de riesgos, la innovación y la fortaleza entre los empleados. Para incrementar la alineación, lo líderes pueden individualizar los objetivos, con el fin de crear conciencia, y establecer incentivos que vinculen objetivos y compensación.

3.4. Fomentar un mayor intercambio de información y el trabajo en equipo: estableciendo una estructura que propicie el intercambio de información. Esto permitirá que se aplique en todos los departamentos aquello que ha sido exitoso en alguno.

EL MAPA DE LA ESTRATEGIA Y LA ESTRATEGIA COMERCIAL

El mapa de estrategia brinda una descripción completa y concisa de la estrategia de la organización. Gracias a esto, los gerentes son capaces de mejorar su capacidad de describir, medir, gerenciar y ejecutar la estrategia en cuestión. Sin embargo, para sacarle el mayor provecho, debe ser combinado con un Balanced Scorecard que contenga los criterios para medir el desempeño, los objetivos y las iniciativas. Esta combinación permitirá evaluar constantemente la efectividad de la estrategia y las iniciativas destinadas a estrechar las diferencias entre el desempeño y los resultados obtenidos.

El mapa de la estrategia puede ser utilizado dinámicamente para crear un plan de acción. La combinación del mapa de la estrategia y el Balanced Scorecard depende de seis pasos:

1. Establecer y determinar los objetivos financieros, medidas y objetivos: determine el nivel de crecimiento a largo plazo y las mejoras en la productividad a corto plazo que obtendrá al lograr los objetivos.
2. Conciliar su propuesta de valor actual: identificando los segmentos de clientes con los que actualmente cuenta, clarificando la propuesta de valor en vigencia, seleccionando las medidas y conciliando las necesidades del cliente con los resultados financieros requeridos. Además, es posible reformular la propuesta de valor, dependiendo del nivel de crecimiento al que se aspire.
3. Establecer un cronograma: los resultados financieros requeridos serán obtenidos tan rápido como sea posible anticiparlos nuevos procesos y asuntos internos. De este modo, será posible determinar qué objetivos podrán ser logrados, y cuáles necesitan ser aún ajustados.
4. Identificar los asuntos estratégicos fundamentales: aquellos procesos internos que tendrán el mayor impacto en la propuesta de valor para el cliente. Es preciso establecer medidas y objetivos para cada asunto por separado. Asimismo, es de suma importancia subrayar qué procesos internos impulsan a los objetivos, y crear objetivos y medidas interconectados.
5. Identificar y alinear los bienes intangibles: evaluar el nivel de disposición estratégica de cada bien intangible. Luego se establecen objetivos para incrementar el nivel de disposición de cada bien por separado.
6. Especificar y financiar las iniciativas estratégicas requeridas para ejecutar la estrategia: de modo que haya claridad en cuanto al nivel y la fuente del financiamiento requerido.


La verdadera fortaleza del mapa de la estrategia, el Balanced Scorecard y el plan de acción es la consistencia. En vez de un acercamiento fragmentado, en el que una parte de la organización persigue objetivos diversos a aquellos perseguidos por las demás partes, se implementa una estrategia común.


Fuente: Mapas Estratégicos - Convirtiendo bienes intangibles en resultados tangibles -Robert S. Kaplan y David P. Norton
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